martes, 19 de mayo de 2015

Mujeres

Editorial Siglo XXI editó un compilado último (y creo que póstumo) de Eduardo Galeano, el genial escritor rioplatense (aún no está aclarado, pero todo lo bueno de Uruguay será rioplatense). El autor del clásico "Las venas abiertas de América Latina" fue dejando pequeños cuentos y anotaciones en sus diferentes publicaciones sobre diversas mujeres, que dan nombre a esta Antología.

Con recortes de mujeres desde Juana de Arco, pasando por Eva Duarte, las Madres de Plaza de Mayo, Mailyn, y Rita Hayworth, las hermanas Brontë... y tantas otras sin un nombre propio tan fuerte como las mencionadas, pero con historias de vida trascendentales.

Un cuento bien breve, pero bello es el que denomina La Noche (2):
"Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme."

Y en todo este recorrido literario, arrancando por Sherezade, y sus narraciones para sobrevivir, nos recuerda principalmente el rol secundario, despreciado, bastardeado, destruido y derrotado de la mujer a lo largo de la historia.

Es necesario, me pregunto sin tener respuesta, hablar sobre la mujer. Es necesario homenajearnos constantemente? Creo que aún existe por parte de muchos hombres el lavado de culpas por tantos años de agresión.

A leer a Galeano y sacar propias conclusiones.




Escuchá la reseña en Más que Palabras:

sábado, 16 de mayo de 2015

El origen de la tristeza

Pablo Ramos escribió a los treintaypico esta novela corta. Nació en Avellaneda el 1966, y tuvo una vida revoltosa. Revoltosa para la vida tradicional de quien escribe.

En esta historia nos adentramos en la vida de un chico de 12/13 años: las aventuras y los sentimientos, la amistad y el espacio personal desde el punto de vista de este protagonista, llamado Gabriel, o Gavilán, como lo llaman sus amigos.

En las aventuras de Gavilán puedo ver reflejada una mezcla de Cuenta Conmigo, la película de Stephen King (basada en El cuerpo, que voy a tener que sumar a la lista de lectura...), también algún recuerdo de El señor de las moscas de William Goldwin, porque se puede entrever el lazo de amistad y compañerismo, pero también la competitividad y el liderazgo en este grupo adolescente.

Esto me recordó a mi infancia-adolescencia en el campo con mis primos. Eramos un grupo de chicos de entre 9 y 14 años, con visiones diferentes, gustos distintos y actitudes por momentos de superioridad, otros de diversión. Con esa parte de juego propia de la edad, pero también de construcción y forjar cada personalidad.

Volviendo a Pablo Ramos, y su origen de la tristeza, también es interesante la forma en que este personaje traba una amistad con el borrachín del barrio, con quien también comparte otro tipo de aventura.

Y a lo largo de estas tres partes se ve la relación de Gabriel, cambiante, con su familia: su adoración hacia la madre, la bronca cuando ella pierde las ganas de vivir, el trato seco con su padre, su complicidad con el hermano mayor, la llegada de su hermanita, la distancia generacional y el comprender a su abuela...

También parte de las emociones que empiezan a aflorar cuando se empieza a tomar consciencia de ellas. El dejar atrás, el enamoramiento, y por supuesto, la tristeza, que tarda en aparecer, pero que da origen a una nueva etapa.

viernes, 8 de mayo de 2015

Papá Noel duerme en casa

Samanta Schweblin tiene una redacción perfecta en este cuento. Es de esas autoras que logran mantenerte entretenida y logran el punto justo para imaginarte viviendo esa escena cual si fuera cinematográfica. O de la vida misma. Pasa en la vida, pasa en TNT.

En este cuento, el protagonista es un chico de no más de 6/7 años (no pongo 8 para que no me tilden de k). Y en su relato te cuenta cómo fue su Navidad, desde el momento mismo en que escribe la carta. Pero para explicar la historia de la carta tiene que remontar el tiempo atrás, y empieza a tirar datos para que uno vaya imaginando de a poco la situación que le toca vivir.

El cuento empieza por el final. Los padres se separan después de la Navidad. Y de a poco desandamos y entendemos el por qué y el cómo. El padre, que había perdido el trabajo, decide vender su auto para poder utilizar ese dinero, entre otras cosas, en una buena Navidad, con árbol y todo. Una vez comprado el árbol, llevaron la carta escrita para Papá Noel al correo.

En la escena del correo entendemos que la desesperación del padre ha llegado a grados insospechados, casi metiéndose en una pelea absurda.

La madre se había convertido en un ser inanimado frente al televisor. Desde hacía un tiempo que estaba así. Era poco más que un mueble.

Y la resolución del conflicto, entre tragicómica y desopilante es el broche de oro para este relato. Papá Noel duerme en casa. Aplausos para Samanta Schweblin.

Este cuento forma parte del libro La furia de las pestes.

sábado, 2 de mayo de 2015

Tres luces

La escritora irlandesa, Claire Keegan, escribe un cuento traducido como Tres luces. Forster es el verdadero nombre aunque aún no encuentro sentido ni explicación a ninguno de los dos.

En esta novela corta, Keegan habla de la experiencia de una niña que tiene alrededor de 10 años, y que es parte de una familia de escasos recursos. Ante la llegada inminente de un hermanito, los padres deciden enviarla por un tiempo al campo de unos extraños que se dedicarían a cuidarla.

En la mirada de esta niña, se asombra con cosas cotidianas que no tienen explicación. En uno de los primeros capítulos hace referencia a cómo su padre le mentía, y que en caso de que esa mentira fuera verdadera qué lindo sería.
Esta inocencia al plantear que no hace falta ocultarle la verdad, que ella ya comprende aún siendo niña que las cosas no deben ser disfrazadas para que parezcan mejores, porque son lo que son.
En una segunda oportunidad, la verdad se mezcla con el secreto, y habla desde la voz de otro personaje que donde hay secetos hay vergüenza y que podríamos prescindir de ella.

A lo largo del libro uno puede ir descubriendo los secretos de todos, la curiosidad, la verdad que se larga con cuentagotas y cómo terminamos siendo todos similares en estos aspectos. Que sólo la experiencia es la que nos marca a fuego y nos transforma. Que de una mala situación se puede transformar en algo mejor.

Hay cosas que vivimos de chicos, que con los recuerdos las fuimos coloreando, pero que nos dejaron una marca. No es necesario tener padres sustitutos por un verano para comprender que la forma de relacionarse y de entender a la familia no es idéntica para todos. La personalidad de cada uno se nutre de lo vivido y de lo no vivido pero experienciado a través de la vida de otros. Y de los libros.