Primero, para entender un poco por qué mi agradecimiento, explico quién fue Paulo Freire. Aunque debiera decir es.
Paulo Freire fue un educador y experto en temas de educación. Su trabajo y su vida transcurrieron en Brasil, pero es uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX (y por ahora también del XXI, en tanto no aparezca quien lo releve).
Si bien mi experiencia en el ámbito educativo desde el lugar de profesora no es un camino largo aún recorrido, siempre fue un tema de mi particular interés. Freire no encapsula a la educación, sino todo lo contrario. Y en estoy completamente de acuerdo. Hay cuestiones como juicios de valor, o prejuicios de valor que hacen que los docentes, e incluso los profesores, estén desprestigiados por la sociedad toda. Esto lleva también a que los propios docentes bastardeen a veces la profesión.
No podemos permitir educadores débiles ni vacilantes. Los saberes que posee el docente son valiosos y no deben ser pisoteados. Y debemos ser capaces de brindar a los alumnos la capacidad de confiar en sí mismos y de estimularlos para que lo que sueñen no perezca.
En diez cartas podemos entender la visión del docente, el contexto, los miedos y las cualidades en el rol, y muchos otros temas más.
Invito a quien esté hoy en un rol de educador y a quien le interese la educación que se permita hojear esta maravilla. Un libro para consultar.
A diferencia de otros libros, en esta duplico las imágenes: la portada, como siempre; y también un párrafo que subrayo entre tantos otros en este libro.